jueves, 12 de junio de 2008

Ha nacido hoy...

Ha nacido hoy y todavía no sabemos cómo se llama, o por lo menos eso dicen sus padres, pero ya ha pasado a formar parte de la pandilla. Es nuestra segunda niña, después de Candela claro, que ya demuestra buenas maneras cada vez que viene a Alicante y no le hace ningún asco al arrocito a banda de La Ponderosa. A buen seguro que Marina, Manuela, Martina... o como se llame (todo parece indicar que comenzará por "M") también disfrutará de esa placer innato del que hace gala la pandilla.
Yo sigo empeñado en que será la futura novia de mi Hectítor, al que sólo le quedan un par de meses para hacer su entrada estelar en este mundo a veces tan ingrato y otras veces tan maravilloso. Mato, por su parte, niega toda posibilidad a esa relación por lo yogurín que será mi sobrino y apuesta por un affair entre el suyo, Álvaro (un tío hecho y derecho de 3 años) y la recién llegada. El tiempo lo dirá... Se admiten apuestas, porque Héctor será más pequeño, pero tendrá moto y un bungalow de soltero en el campo de golf de San Juan, y eso a las quinceañeras del verano del 2023 les molará mogollón.
M o como quiera que le llamen sus padres, va a ser muy feliz. No tendrá que esperar como hemos tenido que hacer el resto a ser mayor de edad para conocer New York. Ella es neoyorkina desde el primer momento. Surgió en nuestras vidas (aunque entonces no lo supiésemos) en los aledaños de Central Park, en esa casita de Marina y Óscar que fue durante algunos días el hogar de muchos de nosotros.
M será feliz porque siempre tendrá unos padres que la quieran, como lo han hecho desde que no era más grande que un cacahuete. Dos abuelos estupendos y a su tío Gus, que a punto ha estado hoy de llorar cuando nos daba a cada uno la feliz noticia. Y es que en el fondo, detrás de esa sonrisa traviesa que luce bajo la barba, hay un profundo sentimental, tanto o más nervioso que los padres de la criatura. Prueba de ello es que a quien nunca le tembló la voz ni le faltó una respuesta ingeniosa en la situación más comprometida que se pueda imaginar (y que han sido unas cuantas), tan sólo era capaz de pronunciar hoy al otro lado del teléfono un emocionado: "Es guapísima...". Debe ser por eso que está hasta las trancas por Sara, que ni me ha dejado sentarme antes de desplegar un arsenal de fotos de esa morenaza que es M y que minuciosamente ha ido guardando en el móvil durante toda la tarde.
Pues eso M, que vas a ser muy feliz y que todos envidiamos la etapa que hoy inicias con nosotros. Disfruta de los placeres de ser un bebé querido por todos. Disfruta de esa niñez que te permitirá ver con ojos puros a elefantes en el interior de boas en vez de sombreros, como hacemos los adultos. Y como El Principito, cuando quieras escapar de los malos rollos, ata a tus manos una bandada de palomas y sé libre, que nosotros te daremos las cuerdas, las palomas y las ganas de volar...

2 comentarios:

iKaizen dijo...

No se por qué, pero hoy me he levantado muy descansado, extremadamente relajado, como si hubiese dormido mucho más de las 6 horas que he pasado junto a mi almohada tempur viscoelástica.. y si pienso bien, sin embargo se porque ha sido..
Y me llena un sentimiento comfortable, que me hace esbozar una sonrisa por fuera y retener por dentro una lágrima de alegría..
He presenciado (en la sala de espera) un milagro, el de la vida, por el que todos nosotros pasamos y alguna vez tuvimos inquietos a los que de verdad hoy nos quieren.
He sentido la sensación de soledad, miedo e impotencia que deja llegar y que te digan que a tu hermana pequeña le han metido en paritorio, sin haber podido cruzar tu mirada con la suya xa decirle sin palabras que la quieres demasiado como para permitir que le pase nada. La niña que me llamaba Tate hace años es hoy una persona hecha y derecha, y mucho más fuerte que yo (ha querido parir sin epidural de forma natural).
Salió el ginecólogo y tranquilizó a mi madre, todo había ido bien. ¿Y Marina?, preguntamos,
Muy bien, muy rapido ha sido, nos contestó.
¿Y la niña?, Muy bien,
Pero casi al momento (o así lo recuerdo), no transcurrió ni unos segundos, la sacaban en una cunita con ruedas, arropada con una manta xa guardar el calor.
La verdad es que en vez de irme hacia la niña al son de las lágrimas que todos tenían y la felicidad y asombro que sentían, me fui un par de pasos xa atrás, expectante, sólo busque un momentito, una grieta entre tantos brazos, piernas, cariños, risas y asombros, felicidad y lágrimas de alegría que yo mismo sentía correr por dentro, xa buscar los ojos de esa criatura que me había tenido en ascuas 9 meses x la salud de mi hermana y a medida que avanzaba el embarazo, por la suya propia.
Y fue fácil encontrar esos ojos, estaban moviéndose, captando idas y venidas de los cuerpos alrededor suyo, que sin saberlo serán de las personas que procurarán y compartirán su felicidad y cariño. Estaban sobre un cuerpo boca abajo con pelito negro y humedecido, y en una carita muy rica y gesticulosa xa su edad (que ironía de frase), perfectamente formada. Pensaba que lo había visto todo, que increible era; xo al rato, con mi hermana ya en la habitación, demasiado guapa como xa haber dado a luz hace unos minutos, y muy dulce con todos, con una sonrisa para todos los que allí estábamos (entiendo perfectamente porque la gente la quiere tanto), y eso que a veces se quedaba dormida del cansancio, ..nos trajeron a la pequeña Marina, y ahí si, ahí tranquilo, un poco miedoso, algo cauto al pricipio, pude observarla, mirarla, ser mirado por ella (no se que verá), acariciar su pelo, darla calor con las palmas de mis manos en esos piececitos sonrosados y suaves, besarla mientras dormía, soñar con darle todo y decirla que ya me había conquistado, ella sóla, la hija de mi hermana pequeña..

Feroz dijo...

Envidia y admiración, y mi abrazo más redondo y gordo.