domingo, 30 de septiembre de 2012

¿Cómo hacer un baúl de regalo de cumpleaños?

Hace unos años, en una radiante mañana invernal Ali y yo nos acercamos a un mercadillo de antigüedades donde compré dos caballos de metal de estética modernista. Hasta hoy no les había dado uso, pero sabiendo la afición de mi amiga Masha por la hípica, se me ocurrió regalarle por su cumpleaños un baúl decorado con caballos. Para ello, me propuse replicar las piezas con resina de poliester y éste es el resultado. "Mani-manitas", el regreso:
 
 
 
¿Cómo repliqué los caballos? Utilicé un marco de madera que cubrí enteramente con plastilina. La preparación requiere que la base esté plana porque eso permitirá introducir la mitad del caballo de metal exactamente de modo que podamos eliminar la rebaba que quedará, de una manera más fácil, cuando se desmoldee la pieza.


Luego, con unas láminas de acetato por los bordes (cortadas a medida) levanté el molde de modo que cuando vertiese la silicona líquida, no se descolgase por los lados. Para ello, sellé las láminas de acetato con cinta. El objetivo es construir el molde en dos partes para poder sacar la pieza una vez se haya endurecido la resina.
Como la silicona líquida es cara, traté de sólo utilizar la necesaria. Como se ve en las imágenes, a los lados del caballo sobra mucho espacio, por lo que corté otras láminas de acetato y las clavé en la plastilina de forma oblicua para reducir el volumen del molde. Luego sellé los bordes con más plastilina, tanto en el interior como en el exterior.
 
Con una llave allen le hice varias muescas para que luego pudiese cerrarse exáctamente una pieza sobre otra. Al verter la resina esos huecos producirán una especie de pestaña en un molde y su hueco exacto en el otro. Así se podrán encajar las dos partes siempre de forma exacta y ayudar, como he dicho antes, a eliminar la rebaba que dejará la resina una vez endurezca al tomar la forma del molde.
 
 
Ya estaba listo el primer marco del molde para verter la silicona líquida. Hay que mezclarla exactamente con un catalizador en una proporción del 5%. Sólo si se mezcla bien endurecerá en el tiempo adecuado (una noche). Una vez se ha vertido sobre la pieza mi consejo es darle pequeños golpecitos para que salgan las burbujas que se producen al hacer reacción el material con el catalizador.
 
 
Después de sacar el primer molde de su marco, se procede a retirar con mucho cuidado la plastilina sobrante. Es el momento de hacer la segunda parte del molde. Pero previamente hay que cortar la silicona de las patas que han quedado completamente cubiertas de modo que se puedan sacar en su momento. Es una operación delicada. Para que la silicona de un molde no se pegue a la del otro, aplico laca transparente (de pintura, no de pelo se entiende) sobre la superficie. Esto creará una delgada película que separará un molde de otro. Luego, vuelvo a meter la pieza en el marco para verter la silicona. Se realiza la misma operación.
 
Con las dos piezas hechas, sólo hay que cortar ambas en forma de canal para que una vez unidas se pueda verter la resina. Es importante hacerlo en el sitio correcto para que se cubra toda la pieza. Se supone que la ley física de los vasos comunicantes debe permitir que se rellene bien, pero la densidad de la resina no es la del agua. Lo suyo es ir volcando la pieza de un lado a otro mientras se vierte la resina e incluso apretándola por el centro para que salgan las burbujas de aire.
 
 
 
Después de verter la resina y esperar a que se endurezca, se saca la pieza replicada de los moldes con cuidado. Se elimina la parte sobrante del canal para el vertidos y se pule toda la pieza con una lija de agua de grano medio. Luego se podrá pintar del color que se quiera y tras la pintura, una mano de laca la protegerá y le dará brillo.
 
 
Existen todo tipo de cajas de madera a buen precio. Yo me decanté por una de tipo baúl a la que le corté las patas para hacerla más sencilla. Hay que lijar la madera, aplicar tapaporos y luego frotar la superficie con lana de acero o una lija al agua de grano fino para que quede bien pulida. Se cubren con cinta de carrocero los cierres y bisagras. Sólo después se puede pintar de blanco con el aerógrafo y darle su respectiva capa de laca. Esto último hay que hacerlo en varias partes para que no se pegue la tapa. Yo utilizo papel de horno, de ese que se coloca para que no se pegue la comida, separando así la tapa de la caja.
 
Entre tanto, se puede ir haciendo el interior. Recorté en madera de contrachapado de 3mm 10 piezas del tamaño de las paredes y suelos de la caja. Siempre dejando unos milímetros de margen porque cuando las tenga que forrar de fieltro adhesivo aumentará un poco su tamaño y no encajarán. Se pueden ir cortando en función del tamaño final que quede, es decir, se ponen los suelos y los lados largos de las paredes y se mide el hueco que queda para los lados opuestos, que se cortan al final. Luego se pegarán a las paredes y suelos. Con la tapa realicé la misma operación. Si se intenta pegar el fieltro directamente en las paredes es probable que se arrugue y se creen pompas.
 
Ya sólo quedaba un detalle, personalizar el baúl para la cumpleañera. Tuve que pedir a una amiga rusa que me dijese como se escribe "Masha" en caracteres cirílicos. Hice la plantilla en cinta de enmascarar de baja adherencia, la pegué sobre la tapa, cubrí el resto y utilicé acrilico color oro (ya que las piezas metálicas eran color oro y el interior en amarillo) aplicado con el aerógrafo. El toque final fue unas pasadas de blanco por la parte superior y de negro por la inferior, emulando brillos y sombras que dan cierta profundidad a las letras. Luego, sólo había que pegar los caballos a la tapa con pegamento de doble componente. Previamente había marcado con una punta la línea sobre la que debían ir pegados para que estuviesen alineados al borde de la tapa. También me ayudé de cinta para que la medida hasta los bordes laterales fuese idéntica en ambos lados. Se quita la cinta a los cierres y bisagras metálicas... Y ya está el baúl.
 
FELICIDADES, MASHA!!!!
 
 

miércoles, 26 de septiembre de 2012

La pandilla de Monte (III): Davizón

Hoy, chateando con Pablo por facebook me he llevado la alegre sorpresa de que sigue este blog. ¿Hace cuánto no nos vemos? Tal vez 15 años, pero cuando me ha dicho que se rió "las muelas" leyendo los dos primeros capítulos de la serie "La pandilla de Monte" de febrero y marzo de 2011, me he dedicido a continuarla. Espero que los aludidos podáis enriquecer mis recuerdos con comentarios. Si alguien se siente ofendido o cree que debo dejarlo, que me lo diga, pero parece que son más voces a favor que las que están en contra. Prosigo con la descripción de los personajes y luego vendrán las batallitas... Un abrazo a todos.
 
Pienso en cómo empezar el perfil de Davizón (hoy Deivid, Morochín...) y me descubro tarareando la canción de los Secretos: "El resto de la banda se perdió / El maldito reloj los engulló / hacen quinielas, hijos, van al bar / Tu oficio no es peor que los demás...". ¿Por qué será?
 
Davizón era y sigue siendo la salsa de la pandilla, o lo que queda de ella, alguna que otra cena anual. Si no estaba, faltaba algo: la alegría, el descojone, el carpe diem, la frase que nos acompañaba de muletilla durante meses al resto, como aquel famoso: "desfase by the way" que utilizábamos para terminar cualquier frase. En eso no ha cambiado. Te dice: "respeto, gordo", y tú sin darte cuenta lo utilizas con quien menos debes en el momento más inoportuno como si fuera un lenguaje universal aunque sólo sea una expresión con significado para dos personas.
 
Yo no llegué a conocerle en los comienzos de la pandilla. Como he comentado en las anteriores entradas llegué cuando todos ya se conocían. ĐæßØ siempre cuenta como de niño le agobiaban con responsabilidades como el cuaderno de vacaciones sanillana mientras él y Raúl podían vagabundear a sus anchas durante todo el día. Con el tiempo, a mí me da que aquel sentido de la responsabilidad que le inculcaron sus padres no le ha venido tan mal, por muchos disgustos que le costase entonces. Ha forjado su carácter de emprendedor, una faceta que se esfuerza por demostrar a menudo como si los demás pensásemos que sólo es bueno para salir de fiesta. No lo pensamos, sus logros están ahí.
 
Mi amistad con Davizón se forjó un verano, a la vuelta de una estancia de un mes en EEUU, cuando (creo recordar) que Raúl estaba de vacaciones. Ellos eran y son uña y carne, y durante algún tiempo formaron su propia minipandilla. Fue el verano en el que a mí me compraron el vespino Slx, y a Raúl y a él las puch Cóndor 3. A Raúl la roja réplica de la "dominator" y a Davizón la negra y amarilla que parecía una avispa. Debíamos de tener 15 o 16 años. Nos prestó un montón de gorras de baseball y ahí íbamos a los bares, los más chulos del lugar. Desde que nos tomamos la primera litrona juntos en las fiestas de Ribatejada esto ha sido un no parar, ya va para 23 o 24 años, y sigue siendo la persona del mundo con la que mejor me lo paso saliendo de copas.
 
De hecho, mis grandes mosqueos con Davizón venían de que ni Raúl ni yo entendíamos que a veces se lo pudiese pasar mejor con su otra pandilla, la del colegio, los de las botas rojas "cantosas", que con nosotros. Celos de adolescentes. Una vez incluso me vengué de él acusándole de "traidor" en un cómic porque no había ido a una fiesta en Cobre (en la Plaza de los Cubos) en la que habíamos quedado todos. Todavía me sonrojo cuando me lo recuerda.
 
Iba con él cuando me enrollé con la primera chica, en Caché; estaba con él en aquella fiesta mítica en el chalé de ĐæßØ (en la que Albertón o el Meigo desparramaron el vino de la barrica del abuelo sobre el terrazo, lo que dejó una mancha perpetua) cuando sentados en la ventana me dijo: "daría un año de mi vida porque este momento lo recordásemos siempre"... y lo sigo recordando; fue por su culpa que me arreó la primera de muchas ostias el Oso en el pilón del Casar tras su mítica frase de "Margarita tiene el chichi pelón"; fue gracias a él (y a Edu) que descubrí grupos como La Polla Récord, Kortatu, Skorbuto...; presencié como se lió con "la Chotada", que le dejaba marcas en el cuello para que no se liase con otras y luego pegaba patadas al coche de su ex para meter a Davizón en broncas; estaba con él cuando se lió con Marga sin saber que había sido la novieta de José; le vi como el más sensato en aquella funesta acampada en la que la pandilla casi se va a tomar por el culo por el uso de una simple linterna; le he observado repartiendo leches a dos chulitos de mi clase en una fiesta de fin de curso pero también, como años después una loca le metió "una galleta" sin ton ni son en el puerto de Dénia; me morí de la risa cuando en un seven-eleven espetó aquello de "me comía un gitano cagando con guarnición" delante de dos gitanillas que se le echaron encima con un: "pues a lo mejor tenemos más dinero que tú" y ni corto ni perezoso respondió: "no era peyorativo, he dicho que con guarnición"...son tantas y tantas historias las que irán saliendo y las que no se pueden contar. Pero todo a su tiempo.
 
Atrás quedaron los tiempos del seat Fura heredado de su madre y para lo último hay que remontarse a 1999: la boda de Pedro y Viru. Omito los descojones del final de la despedida de soltero para no herir susceptibilidades. Ya en la celebración, después de liarla gritando "¡que salude el del tigre!" (en referencia a un tío de la novia que habíamos conocido en el váter) y de haber hecho miles de chistes sobre largartas y dragones de komodo con el vestido de 'la Vane', Davizón terminó liándose con una amiga de Viru, Sara (según dijo entonces, se había llevado la "barbie peluquera").


Imagen cedida por Feroz (ver comentarios)
Yo, que ya estaba saliendo con Sonia, al poco me vine a vivir a Alicante. Durante 5 años apenas nos vimos porque cuando yo quedaba con la pandilla mi "princesa" enfermaba (literal). Un día, sin embargo, David me llamó hecho polvo para contarme que había roto con Sara. Hablé con él cerca de una hora sobre los detalles. A los pocos meses fue mi turno. Ese mismo verano montamos unas míticas vacaciones de 4 días en Ibiza y otros 4 en Alicante. Yo tardaría en recuperarme más tiempo, pero nunca olvidaré el apoyo que Gus y él me brindaron por aquel entonces.
 
Desde entonces, hay unos días, lo mejor de cada año, en los que nos montamos una escapadita o algún que otro día de juerga por Madrid, Alicante, Tarragona, Barcelona..., con quien se nos quiera unir: Noe, Mato, Marina, Gus, sus amigos... "En la cresta de la ola", mientras que el resto de la pandilla ha sido engullida por el reloj..., nosotros riéndonos del mundo bajo el tamiz de las mallas de mejillones. Os presento a Davizón como me presenta él a mí: "Aquí mi amigo Marcelo, pelucón, y aquí yo, Cristiano, tabletilla". 

viernes, 21 de septiembre de 2012

Sexting, el descubrimiento

Me gustan las posibilidades de internet, las nuevas tecnologías, las posibilidades de la supermodernidad o hipermodernidad en la que nos movemos. Me intereso por los avances. Tengo este blog, y cuentas en facebook, twitter, instagram... Pero al mismo tiempo apenas veo televisión si no es el Discovey o el canal Historia, y a ser posible, reportajes de astronomía o física. Cuando tengo tiempo, me decanto por las series de ficción o por películas. Por eso, aunque me manejo relativamente bien en el mundo hipermoderno, no tengo ni idea de quienes son los que participan en los realitys o el famoseo en general, y mucho menos estoy al día de reportajes "hipermodernos" como los de la Milá. La verdad es que no me interesan. Eso sí, los viernes, cuando nos vamos a comer todos los compañeros del periódico al Bruno, las chicas ojean (u hojean) las revistas y nos tratan de poner al día. Es el paso previo a que María nos lea a cada uno nuestro horóscopo para la semana. Sin duda, uno de esos buenos momentos que tiene la semana...

Pertenezco a una generación en la que no sería raro que ya estuviera harto de chatear, pero nunca he tenido cuenta en messenger, y menos aún he dado el paso a inscribirme en Meeting o algún portal de ligoteo. Tengo amigos que si los usan o los han usado. Sé cómo funcionan y en principio me parecen una opción tan respetable como cualquier otra. Si yo no me doy de alta es porque sé que sería un gasto inutil de dinero (eso es lo de menos) y de esfuerzo ya que aunque consiguiese quedar con alguna chica interesada, sería incapaz de dar el paso final. Primero tendría que comprobar que está muy buena, porque peco de exigente. Y luego se tendría que dar el caso de que fuese muy lanzada ya que como explica Gus, si no me dan "con las bragas en la cara", no capto el mensaje. En suma, ni lo intento.

Toda esta introducción viene al caso porque el otro día comiendo con mis compañeros de trabajo me he enterado de que hay una cosa que se llama sexting (creo que se escribe así) y que consiste en ponerte salidillo mientras que te mensajeas con alguna. Algo había oído. Lo que no sabía es que ahora "lo que se lleva" es, tras una conversación informal a través del whatsapp, sorprenderla enviándole una foto de tu culo desnudo o de tu rabo. ¡Para qué andarnos con tonterías! Por supuesto al principio no me lo he creído. Cuando me han enseñado las galerías de sus móviles con la colección de pitos, he flipado. La verdad es que me han enseñado sólo un culo, pero me tomo la licencia de exagerar un poco toda vez que no tengo la intención de ver ningún rabo ajeno, ni siquiera por el interés sociológico del asunto. Eso es el sexting y requiere a su vez una "respuesta proporcionada", como la política exterior de los EEUU. Tú me estrellas dos aviones contra las Torres Gemelas y se mueren mil personas, yo invado dos países y me cargo a cientos de miles. Proporcional. Pues lo mismo, tú le mandas una foto de tu rabo y ella te remite una instantánea de sus peras, por ejemplo. Al parecer en el ambiente gay se multiplica a la enésima potencia el tráfico de datos, cosa que no me extraña porque los tíos somos muy guarretes.

Debe ser cosa de otra generación, ya que mis compañeras o frisan o no llegan a los 30. En busca de una segunda opinión, como con los diagnósicos de las enfermedades terminales, he recurrido a una amiga un poco más joven que yo y me ha confirmado que en alguna ocasión le ha llegado algún rabo virtual a su móvil, pero sostiene que no es tan común. Por cierto, ha aprovechado para denostar el whatsapp y los malentendidos que provoca (el doble check, ese clásico del que hablaré algún día) y, sin solución de continuidad, desear al mundo un nuevo diluvio universal, la caída de un meteorito que arrase con la humanidad o simplemente que se abran los siete sellos del Cielo y por fin llegue el Apocalipsis (esa obsesión antes sólo tenía un amigo y ahora parece que se extiende por lo que le tengo que dedicar unas palabras, otra vez será). Común o no tan común, llamadme clásico, pero no me parece ni medio normal. No lo censuro, pero no le veo la gracia. Será porque gasto una talla homologada de condones. Porque entendería que si entre las piernas tienes un misil balístico lo normal es que quisieses que todo el mundo conociera tu potencia militar, aunque sólo fuese una demostración de "guerra preventiva". Pero no creo que haya tantos rabos xxl por ahí... ¡¡¡Sexting!!! Aquí sí que pegaría la respuesta comodín rusa para todo tipo de situaciones: ¡¡¡Madre Crrrristo!!!


POSDATA (2): Aún a riesgo de parecer pesado, quiero referirme de nuevo al mensaje relatado en el post anterior, al hilo del descubrimiento del sexting. Ahora entiendo por qué la rubia me despachó con viento fresco. Otro gallo hubiera cantado si en vez de preguntarle si llegó bien a Madrid después de la fiesta, de forma educada como yo hice, me hubiese fotografiado las pelotas y se las hubiese enviado rodando por la red de redes. ¿Qué mujer no caería rendida a mis pies? La imagen podría haber ido acompañada del famoso verso de Francisco de Quevedo: "Don, sin din, cojones en latín", para dármelas de persona ilustrada.

Por cierto, nunca me he fotografiado dichas partes, debería ir empezando a crearme un book para ver cual es mi mejor perfil... cuando te das el primer baño del año en la playa, allá por abril o mayo y se retrotraen tímidamente por el frío; cuando pasas con la moto por delante de un guardia civil y desaparecen misteriosamente a la altura del gaznate; o en su estado natural... "¡Manda güebos! ¡Qué tropa!", que diría Federico Trillo.  

domingo, 16 de septiembre de 2012

El final del verano

Tomo prestada la frase de Quique González para empezar este post. Se acaba para mí otro "verano de periódicos flacos". Cada vez más flacos, supongo. Y por primera vez en mi vida, no he viajado. Ni siquiera he disfrutado de una pequeña escapadita a Madrid. Sin duda este hecho ha provocado que éste haya sido uno de los perores veranos en los últimos años.
Entiéndase bien, ha habido buenos momentos como la excursión en velero a Tabarca, el día de tapas en Benidorm, el día de buceo en La Coveta, las comidas y cenas en ca'Dani y la boda de Ali... He disfrutado de la playa, del chiringuito y de las visitas de mi familia, de Pedro y Viru, de Javi... Incluso ha habido días grandiosos como el del Low Cost con Deivid, Noe y Gus o el día de la cápsula del tiempo con la pandilla casi al completo. Pero el verano empezó mal, me vi forzado a elegir las vacaciones partidas en julio y septiembre. Y lo que mal empieza mal termina.
No me gustaría volver a los tiempos en los que teníamos cierta inquietud con la llegada del otoño. Cuando teníamos ganas de desempolvar los jerseys y cuando volver clase suponía nuevos retos, proyectos y expectativas. Pero me gustaría volver a sentirme como entonces. Ahora mis proyectos más urgentes son terminar la tesis, a la que le he dado el empujón definitivo, conservar el trabajo y sacarrme un título para poder navegar el año que viene en un velerito. O sea, lo mismo que en los últimos otoños. Cada vez se me hace más difícil ilusionarme con algo nuevo. Puede que sea sólo un momento vital por el que atravieso o puede que a partir de ahora esto vaya a ser así siempre. Esperemos que no sea así y entre tanto, el objetivo es que sean más los días buenos que los días malos. Entre tanto, este seguirá siendo mi cuaderno de bitácora. Feliz otoño a quienes me seguís.