lunes, 30 de marzo de 2009

El "feisbú"

Primero fue el ordenador. ¡Joder! Tenía doce años cuando mis padres se gastaron de aquellas unas 52.000 pelas en el Sinclair ZX Spectrum de 48 k. Total pa'na... Incluso compraron una enciclopedia que se titulaba "My computer" para ver si sacaban algo de provecho de sus vástagos. Por supuesto, después de mirar las ilustraciones del primer tomo mi hermano y yo volvimos a depositarlo en el mismo sitio de la estantería. ¡Hala! ¡A coger polvo! De aquella máquina sólo sacamos unas cuantas partidas a "El Muro" y una hipermetropía de mirar la televisión durante minutos, aquellas rayas amarillas y azules y el sonidito a escacharrao que hacía. Y eso, si "cargaba", porque si no le ponías el volumen correcto (nuestro radiocassette no lo señalaba porque tan sólo tenía una ruedecita estriada), ni siquiera funcionaba. Aun así yo sabía que el futuro estaba en aquella máquina. Me imaginaba que cuando tuviese 20 años heredaría el spectrum y se lo acoplaría a mi coche para que se pareciera a kit, el coche fantástico...

Sin embargo, como uno es creativo, me hice el interesante y elegí diseño a informática cuando llegué a BUP. Mientras el resto de mis compañeros de letras aprendían Basic yo me iba con los de ciencias a proyectar sobre papeles en blanco puntos, rayas, volúmenes... en perspectiva caballera, isométrica, axionométrica, oblicua... Y se me daba genial, mejor que las matemáticas, que la física e incluso, que gymnasia o la religión. Así que no aprendí Basic, ¡con lo que me habría valido en estos momentos!

Luego, muchísimo más tarde, llegaron los 286 y los 486... ¡Qué adelantos! Tampoco entonces aprendí informática y lo que se llevaba, el ms2... Cada vez que se quedaba colgado llamábamos a un amigo de mi hermano que o solucionaba todo.


Hasta que un día, me ofrecieron un trabajo en Alicante: redactor de un periódico. Por supuesto mentí. Ni era periodista, ni sabía inglés, ni tenía conocimientos de informática e internet "a nivel de usuario". Por eso quedé con el amigo de mi hermano, el ingeniero de teleco que lo arreglaba todo, y le dije que me diera un curso acelerado de internet. Jorge me dijo: "tú busca siempre desde la página http://www.altavista.com/, que es la mejor". "-Pero mis amigos hablan de algo que se llama http://www.google.com/", le respodí. Quedé como un pringao. A todo esto, en el periódico al que vine a trabajar sólo había un ordenador con internet (eso si exceptuamos otro que tenía el subdirector en su despacho, que como no sabía nada de internet la única búsqueda que tenía en su historial era http://www.putas.com/; supongo que le daría resultado a tenor de las horas que se pasaba en el despacho con la puerta cerrada). Allí incluso quedaba un colaborador que había conocido los periódicos redactados a máquina y con tipógrafos. Yo pensaba que el progreso era imparable... Incluso me traje el 486 de Madrid para poder avanzar con los cambios. Lo que pasa es que sólo arrancar aquel mamotreto me llevaba mi tiempo.

Nueve años después, todos tenemos móviles de última generación, cámaras de fotos digitales, ipods con un chorro de gigas, varios ordenadores en casa (alguno portátil)... y lo que se lleva ahora es el facebook... o "fesibú", como lo denomina Amparo y que es mucho más entrañable. Y ahí estamos, aceptando como amigos a personas de las que no queremos saber nada, con quienes alguna vez compartimos media hora o un cubata... Eso sí, también podemos saber que es de la vida de compañeros de clase a los que les perdimos la pista, ex novias, amigos de amigos...

En suma, que me quedo con este blog mil veces antes que con el feisbú. Por cierto, a algunos les he borrado de los contactos de feisbú porque me importa un rábano que es de su vida, que libros han leído en el último mes o cuando es su cumpleaños. Y lo que más me ha gustado es que encima, no se van a enterar de que les he enviado al hiperespacio de la red. ¡Os jodéis!

miércoles, 25 de marzo de 2009

Miércoles

Otro miércoles. En la mitad de la nada, degustando los recuerdos del pasado finde (incluída la mención a "la carretilla") y todavía demasiado lejos de lo que ofrece el próximo día de descanso. Te levantas, te duchas, vas a currar, tomas café mientras lees los periódicos, algún cigarrito a media mañana, luego a comer y de vuelta al zulo, a perder horas de sol y de vida juntando palabras hasta que vuelves a casa cuando todo el mundo ya ha cenado y pierde su tiempo delante de la tele. Que se me entienda. No sólo no me quejo, sino que además me gusta. De vez en cuando te cargas a una concejalilla de pueblo trincona; otras, te enteras antes que los demás y de primera mano de los secretos inconfesables de algunos gobernantes, empresarios, jugadores de fútbol... pero al final, todo es lo mismo. Seguramente es así porque tiene que ser así, porque hay que pagar hipoteca, comunidad, luz, agua, algo con lo que llenar la nevera... la sopa de la moto, el seguro... Conseguir cubrir todos eso gastos no puede ser épico, sino rutinario.
Así que aquí estamos, si con suerte has conseguido un temita para escribirlo por la tarde aún tienes tiempo para cacharrear en el blog, en el facebook... para saber qué están haciendo por ahí los amigos y amigas... y que pasen lo días, uno tras otro... tan agustito

lunes, 23 de marzo de 2009

Calçotada 2009


Un año más hemos cumplido con nuestra cita en Tarragona. Un finde para vernos tres de los amigos de toda la vida y con la excusa de chamuscar unas cuantas cebollas dulces para deleitarnos con la salsa romescu de la madre de Cris y las cocas de Salvi, poder compartir risas, vivencias, recuerdos... música, inquietudes y nuevas amistades. Dice David que la culpa de las borracheras es mía. Asumo ese precio por injusto que sea porque este año ha contado con nuevas aventuras como la noche de "yo sólo pienso en lo apretada que está la liga" en el Havanna de Alicante, arrastrarnos por el Totem (que hace honor al campo de segunda como el del Nàstic después de hacernos fuertes en la Champions...), o bailar canciones de la Pantoja y de Julio Iglesias en una casa de campo de Torredembarra...

¡Que podamos repetirlo el año que viene! ...y para el que quiera ver los momentos estelares, ahí va un link

miércoles, 11 de marzo de 2009

Ricardo Costa

Reproduzco en este post el artículo de mi compañero y amigo de EL MUNDO a propósito de la 'Operación Gürtel', de Francisco Camps y, sobre todo, de Ricardo Costa (secretario general del PP en el Comunidad Valenciana) por su interés político y literario.

La dura pugna entre Kafka y la Medusa
por Rafa Burgos
DA LA impresión de que a Francisco Camps le ha pasado algo similar a lo de Gregor Samsa, el protagonista de La metamorfosis de Franz Kafka. Al presidente de la Comunidad no le han salido antenas y élitros de escarabajo, todavía, pero sí se levantó un día con el traje varias tallas menor. A Camps le aprietan las sisas, se le ha estrechado la cintura y la raya de los hombros le ha caído hacia la clavícula. En realidad, la imputación de Camps en el caso Gürtel no esconde más que unas cuantas torpezas de franela cortadas a la medida de otro. Pero el líder popular valenciano debe de ser consciente, como lo somos todos, de que el auto del juez Garzón ha marcado con tiza discontinua la frontera de la Comunidad Valenciana, para cortarla como en un patrón de moda. Y, como se evidenció en Egipto en tiempos de Moisés, las manchas de las puertas son muy difíciles de borrar.
Si Camps quiere desembarazarse del caparazón entomológico que le ha caído encima, lo mejor es que respire hondo antes de salir de debajo de la cama y vaya amputándose las patitas peludas antes de que se le reproduzcan. Víctor Campos y Rafael Betoret no son las piezas codiciadas, y él lo sabe. El primero, porque ya no cuenta y el segundo, porque no tiene ni militancia ni carné.
Para recuperar parte del enorme capital tragado por el sumidero de una sastrería, tiene que caer alguien con peso, para que resuene con virulencia en los pasillos de Génova y de la Carrera de San Jerónimo. O sea, Ricardo Costa. Como viene de donde viene, supongo que no tiene que ser fácil deshacerse de su sombra endomingada y de sus destellos de reloj suizo. Pero, señor Camps, si me permite, Costa tiene dinero suficiente para hacerse los trajes en Armani. Y, sobre todo, a nadie le espantaría su desaparición. Es curioso, pero es el primer político que conozco que no despierta simpatías en ningún sector, ni en la derecha ni en la izquierda.
Intuyo que, ya que nadie va a presentar una sola factura, a Camps le convendría soltar lastre. Mire hacia el norte, señor Camps. Los números dos son como las cabezas de la Medusa. Una vez arrancadas siempre crece otra. Y Costa deja una mueca de limón en todos sus interlocutores. En todos.

jueves, 5 de marzo de 2009

Algo de humor para empezar el jueves

Puestos a reírnos con Woody no podía faltar una de sus escenas míticas. ¿Cántas veces no nos hemos reído imaginando historias como esta?
Especialmente dedicada a Edu, Gus, Óscar, Jorge... va por vosotros, amigos!

miércoles, 4 de marzo de 2009

Nos faltan los motivos

Vuelvo a Sabina, pero esta vez para rebatirle. Encuentro pocos motivos para abrir de nuevo el cuaderno y dejar constancia de que aquí seguimos. Tal vez la única es una disciplina autoimpuesta para que ésta sea la bitácora de un rumbo todavía por trazar o apenas esbozado en ilusiones futuras y trabajo diario.
Acostumbrado a dar noticias, algunas mejores que otras -un escandalillo contable de algún político de medio pelo o como se configura una lista electoral para que los de siempre puedan seguir viviendo del sudor ajeno-, cada vez quiero que me den menos noticias cotidianas porque la mayoría de las veces son malas.
Odio la enfermedad que golpea a los más quieres y odio los sinsabores que producen muchas de las relaciones humanas que no tendrían sino que producir felicidad para quienes las comparten. Aunque quizás éstas tienen remedio... Odio lo habitual, lo que termina en convertirse en un lastre y añoro las buenas noticias que tanto cuesta que abunden, esas que no aparecen en los periódicos sino en un llamada de teléfono que diga "falsa alarma, no es nada".
Y como no se trata de ir destrozando mitos (perdona, Sabina), recurro a otro de mis admirados, Woody Allen, para decirle que llevaba razón cuando en "Desmontando a Harry" dijo aquello de: "Lo mejor que te pueden decir en la vida no es Te quiero sino Es benigno". Aquí os dejo un fragmento de la cinta, si no la favorita, una de mis películas fetiche, por si os provoca una sonrisa que tal vez desde ayer a mí me falta.