domingo, 1 de junio de 2008

Sobre una rama seca...


Paso la noche del sábado viendo unos capítulos de Doctor en Alaska. De la última temporada. Cada uno es mejor que el anterior. Hay historias de todo tipo, pero me quedo con una en especial. A Magie se le aparece ella misma cuando tenía quince años para reprocharle en lo que se ha convertido. Le echa en cara no haber conseguido los sueños de adolescencia (ser abogada, tener una casa estupenda, hijos maravillosos, una vida de éxito en NY...) Le reprocha haberse convertido en piloto de una línea perdida en Sisely, estar enrollada con un cretino como Joel, y vivir en una cabaña. Al parecer, ha traicionado todos sus proyectos.
Es curioso, porque en mi último post hablaba de cuando yo tenía 15 años, de lo bien que me lo pasaba con los amigos, de que el mundo estaba a nuestros pies. ¿Ha sido casualidad? Yo no tenía ni idea de que algún día me iba a ir de Madrid. No sabía ni lo que iba a estudiar. ¿Ciencias Políticas? ¿qué era eso? Que por mi vida iban a pasar dos mujeres que me han marcado profundamente y que al final del camino (por lo menos en este final), iba a volver a estar sólo, juntando palabras en Alicante para ganarme la vida (y no en la que era mi casa, la de Torre Mediterráneo), pero con cierta satisfacción turbada por un día gris y lluvioso que invita a la depresión.
No me he convertido en lo que soñaba, pero ha merecido la pena. He mantenido lo fundamental, mis principios. No habría vivido otra vida por nada del mundo. No cambiaría a la gente que conocido, las experiencias por las que he pasado (las buenas y las malas), ni a mis amigos ni a mis ex... por otras vivencias, por otros amigos, por otras amantes. Claro que me arrepiento de algunas cosas, ¿pero quién no? Cada decepción me ha ido conduciendo a nuevas posibilidades. ¿Por qué no puede seguir ocurriendo? Seguro que se abrirán nuevas veredas que explorar. A veces no alcanzamos a ver allá de nuestra nariz.
El capítulo termina con Magie sentada escribiendo una carta para leerla cuando cuando tenga 45 años. Yo acabo de hacerlo con este post.
Por cierto, nada como el mítico Haiku de Chris unos cuantos capítulos antes:
"Sobre una rama seca se ha posado un cuervo, cae la tarde en otoño"

2 comentarios:

Feroz dijo...

Si. Hasta tu querido John dijo una vez...
"La vida es lo que pasa mientras estamos ocupados haciendo otras cosas"

iKaizen dijo...

Cuando he pensado que he cometido muchos errores en la vida, surge desde el nucleo una voz que trata de covencerme de lo mucho que he aprendido, a fuerza, no de aprender las cosas normalmente, sino de convertir las lecciones en parte de tu piel, de tu fuero interno, probándolas y equivocandote, llevando tu experiencia al limite, siempre dentro de la franja que tus propios principios delimita. Y muchas de esas experiencias se habrán saldado con éxito y otras quedarán en una habitación oscura de nuestro corazón, en la mesilla de noche antigua y roida en la que guardamos nuestros fracasos, verguenzas y penas. Pero siempre con la lección aprendida y con la lámpara encedida con esa luz comfortable y agridulce del que sabe aprender de sus errores, fracasos, y por qué no, de esas pequeñas experiencias satisfactorias que llamamos victorias. Y esa luz que vemos encendida al fondo de la oscura habitación es la que nos tiene que seguir alimentando y motivando xa no amedrentarnos en el camino de seguir intentando todo lo que nuestros valores, principios y propósitos nos autoimponen. Por éso tb. te digo que habrá cosas que ahora no repitiese de nuestras infancias, pero en ese instante de nuestras vidas no había otra forma de llegar a ser lo que ahora somos. Y me gusto, y quiero tratar de gustarme más, vislumbrar que la figura en la lejanía de mi cabeza y en la niebla de mi recuerdo, con la que creo que me asemejo, es efectivamente la mía cuanto más me acerco a mirar, ni buena ni mala, ni mejor ni peor, sólo la mía.