jueves, 15 de mayo de 2008

Algunos no dejan de sorprenderme

Esto del periodismo a veces tiene cosas que no dejan de sorprenderme. Sobre todo cuando te llaman a primera hora de la mañana (para mí las 11 h) sólo para preguntarte cómo te has enterado de lo que has publicado en el periódico. No te dicen que es verdad ni que es falso o que lo has interpretado mal, sino que te preguntan que quién te lo ha contado. ¡Pues cualquiera, señor mío! Muchas veces me dan ganas de contestar con otra pregunta: Y tú, ¿cómo te has enterado? Porque si no me discutes la veracidad de lo que escribo es porque sabes que es cierto... Pues del mismo modo que has conocido tú la noticia, me he enterado yo, que encima me dedico a esto.
Y cuando la pregunta viene de otro periodista ya es rizar el rizo... Porque aunque no lo parezca, da la sensación que si le pisas un tema a otro medio (generalmente al que se cree el único capaz de dar rango de noticia a una información porque es el hegemónico en el poblaco -provincia- en cuestión y que la mayoría de las veces es más malo que pegar a un padre con un calcetín sucio) es como si estuvieses cometiendo una afrenta irreparable. Pues no es así, unas veces pisas y otras veces te pisan porque este es el oficio; porque tiene días buenos y días malos y el que se crea que es muy bueno en esto tiene todas las papeletas de pasar, para el resto de la profesión, como el mayor gilipollas. Y me niego a citar casos...
La repanocha resulta cuando esos mismos te preguntan si has leído lo que han publicado ellos sobre tal o cual cosa. ¡Pues claro que lo he leído, me pagan por eso entre otras muchas cosas!, piensas mientras con una sonrisa le respondes: Uy, pues no... he estado tan liado con lo mío que no he tenido tiempo. Y van los tíos y te lo intentan contar con pelos y señales, y a ti te hubiera gustado responderle un lo he leído por encima para que te dejan en paz porque lo único que te apetece a esas horas es tomarte un café y que te alegre la vista la peluquera o la oficinista de rigor que siempre van al mismo bar que tú y a la misma hora y a las que les importa una mierda la Clausula Camps o si Blasco quiere pedirles a los inmigrantes que canten el Cara al sol o si Cotino ha tirado de cilicio y estampitas esa noche... Porque son gente normal y no una panda de descerebrados como los periodistas que a fuerza de saberlo todo un día antes que los demás vamos poco a poco cambiando el poco juicio que tenemos por un ego insoportable.

1 comentario:

Juanjo Marcos dijo...

No todos gato, también estáis los buenos.