viernes, 11 de abril de 2008

Enfocando el Havel


Reivindico el gerundio como una conjugación verbal más susceptible de uso cuando convenga, pese a que mi amigo Clau-caludio le rechine. A mí tampoco me gusta que deje viudas en los textos, y no me quejo. Bueno, sí me quejo, pero sólo un poco porque es de lo único que me puedo quejar. Aprendo cada día de su criterio, olfato y templanza a la hora de buscar noticias, escribirlas, valorarlas y coordinarnos al resto de los compañeros. Digo "enfocando" de forma consciente, porque aquí sigo enfocando. Porque a pesar de la hora que es aquí sigo, juntando (también en gerundio) palabras. Porque enfocar el Havel no es una cosa sencilla y mucho menos rápida.
Hoy ha sido uno de esos días que se viven con intensidad. Espero que no tenga que arrepentirme. De esos días que a mí, al menos, me dan ganas de seguir siendo (en gerundio) periodista. Cuando el pez muerde el anzuelo. Cuando das con la pista buena y la ves, nítida, evidente, aunque con el paso de las horas o cuando ya has enviado la página, como ocurre en estos casos siempre, te asalten las dudas. Aunque no sea periodista de título académico (y tal vez por eso abuso de los gerundios), lo soy de oficio y estoy encantado de que los azares del destino me permitan dedicarme a esto.
Pero hoy sobre todo estoy encantado de trabajar al lado de Gema, de compartir páginas en un proyecto común. Hace unas horas he incluido una respuesta del Farero al ataque arbitrario que sufrió por "fuego amigo", made in Arcadi Espada, al que antes leía con interés y ahora con desdén . Nadie duda de que el habitante del Faro y la poesía maldita es más que suficiente para enfrentarse con el columnista. Y si no, que se lo digan a Moratinos.
Por mi parte sólo puedo decir que Gema tiene la labor más ingrata. Es la que antes empieza a patearse la calle y la que más se la patea. La que por fuerza ha de ser la más rigurosa en su trabajo, sin brindis a la galería de la "interpretación" de los hechos y mucho menos a la literatura. La que cada día tiene que lidiar con teletipos más rácanos en palabras. La que tiene que salir corriendo más a menudo a media tarde, cuando parece que todo el pescado está vendido. La que está sometida a más competencia con otros medios que el resto de la plantilla del periódico. Y, permítame el lector el eufemismo, no por ello es la que más cobra de todos nosotros. Aun así, día a día demuestra que es brillante en lo que hace, superando en calidad y cantidad a sus adversarios, con muchos menos medios que ellos.
Mucho ánimo, Amidala.

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