martes, 15 de abril de 2008

Navegando a la deriva

Navego a la deriva. A veces a uno le da la sensación de que lleva mucho tiempo sin rumbo fijo, sin objetivo, sin derrota. Y lo peor de todo es que no sé si siempre ha sido así y no me he dado cuenta, o si por el contrario cuando no he navegado sin rumbo es porque estaba amarrado a puerto o fondeando en una playa con el ancla hundida entre aguas tranquilas y seguras. Demasiado tranquilas. Demasiado seguras. Pero aguas que por lo menos hoy echo de menos.
No me puedo quejar de la vida que llevo porque es la que he elegido. Por lo menos, en sus principales ejes. Pero demasiado a menudo echo de menos referencias, el abrigo de dique amigo. Saber que no hay que estar constantemente luchando por todo. Saber que en tu vida hay cosas ciertas por las que no te tienes que preocupar.
Y al mismo tiempo saber que esto tiene una finalidad, que no basta con dejarse llevar y esperar que las cosas lleguen. Pero para eso hay que implicarse, jugársela, apostar el resto aunque sepas que vas de farol. Y si se pierde, tomartelo que un nuevo comienzo, como una oportunidad. Es entonces cuando te das cuenta de que el abrigo de un puerto amigo no vale más que para descansar. Cuando eres consciente de que tienes que volver al mar... en busca de un nuevo destino, aunque tengas que pasar algún tiempo a la deriva.

2 comentarios:

Pepe Lopez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pepe Lopez dijo...

Percibo cierto replanteamiento existencial en tu comentario, por lo que te recomiendo que vuelvas a leerte "La Nausa" para que veas que estamos todos en las mismas, se sea o no consciente de ello, y ya sabes, mal de muchos siempre ayuda. Si aun asi, ya nos la replantearemos juntos en breve por alli, alcoholizandonos de paso...

Salud y Republica.

PD: Disculpe la ausencia de tildes, pero es que por estas tierras carecen de existencia.