martes, 29 de julio de 2008

De olas, playas y el miedo a las medusas

Nunca me gustó organizar. Ni viajes, ni citas, ni encuentros. Y no es que se me de mal. Hay quien opina que soy un buen organizador de saraos, como cuando obligue a todos mis amigos y amigas a vestirse de romanos en mi cumpleaños. La primera vez, como nadie se lo creía, lo dejaron en una tímida aparición de sábanas para tapar sus vergüenzas y algún que otro casco con cuernos que sirvió para que nos bebiésemos los cubatas en el vaso más incómodo del mundo. En la segunda "fiesta toga", aquellas tímidas sábanas se convirtieron en uniformes de legionarios y centuriones, togas de senadores, en la dama de Elche, en Cleopatra, en Mercurio (con coloretes, pecas y alas en las sandalias...) Vaya espectáculo. De eso han pasado ya nueve años y todavía hay quien lo recuerda con alguna que otra sonrisilla malévola... Pero en términos generales, no me gusta organizar. O mejor dicho, no me gustaba. No era de los que obligaba a los amigos a ir siempre a un mismo bar o a hacer un viaje en concreto. Me gustaba y me gusta más participar que organizar. Dejaba lo de la organización para los líderes naturales. Para los tíos o las tías con carisma, que hay en cualquier colectivo humano, y sobre todo, en las pandillas de amigos que acaban de dejar atrás la adolescencia. Aquellos cuya vitalidad arrastra a los demás a su terreno.
Me debo estar haciendo mayor. Hace dos años organicé un viaje a Ibiza y el año pasado a Cádiz (con ayuda, claro, pero me puse manos a la obra) Y este año igual con lo de Escocia. ¿No os lo había dicho? Nos vamos a Escocia, a uno de esos viajes que nunca sabes cómo saldrá pero que sin duda serán únicos en la vida. Ocho personas, dos coches y todo un país verde y lleno de castillos que recorrer, que paladear. De ruta (on the road again). De buen rollo.
Y digo que me hago mayor porque sin duda es una cuestión de madurez. Llega un momento en el que te das cuenta de que si no lo haces tú, no lo van a hacer por ti. A la gente le es mucho más fácil acudir a una fiesta en la que están invitados que organizarla ellos. A un viaje en el que le dan todo hecho que a uno en el que tengan que preocuparse de que algo pueda salir mal. ¡Pues claro que algo saldrá mal! (aunque con la racha que llevamos Gus y yo, no lo creo). Lo máximo que nos pasó cuando fuimos a Ibiza fue un pequeño encuentro con los "puerros" de la Guardia Civil. Y en Cádiz, un regreso un poco más largo de lo previsto, los doscientos kilómetros que separan Almería de Alicante y todo ello por ir cantando (berreando) como dos idiotas el "Hey" de Julio Iglesias y no prestar atención a las señales de tráfico.
Digo todo esto porque me da un poco de vértigo poner tantas expectativas en las cosas. Pero al final, si algo de ha de salir mal, saldrá mal con o sin expectativas. No se puede vivir con miedo. O te envuelves en la coraza y que nada te afecte, en un segundo plano de la foto fija; o te entregas y te dejas llevar suceda lo que suceda. No hay término medio. O sí lo hay, yo qué sé. Sea como fuere la cresta de la ola impone una sonrisa a sus devotos seguidores. Y ahora que me he comprado el bañador, una camisa hawaiana, la tabla, y sopla un levante de tres pares de cojones, no me voy a quedar en la playa tomado el sol porque haya alguna que otra medusilla en el mar. La playa siempre estará ahí. Y la pomada antiurticante, también. Las olas no. Nunca se puede coger aquella ola que dejaste pasar... Así que yo esta la cojo me lleve a donde me lleve.

7 comentarios:

Audrey dijo...

Así me gusta, eso es lo que se llama "vivir la vida". Si le damos demasiadas vueltas a las cosas podemos llegar a desvirtuarlas. Todo tiene su ritmo y su fin,por qué preocuparse por algo que no ha sucedido o intentar siempre prevenirnos de lo que "podría" ocurrir?. Además, ya nos hemos pegado alguna que otra leche cayéndonos de alguna ola. Primero te duele la barriga del topetazo con el agua, luego lloras un poco por la sal en los ojos, masticas arena durante una temporadita, pero cuando ha pasado, un buen día una nueva playa te invita a subirte a su ola...
A propósito, me encanta cómo nos queda la faldita de cuadros....

Ivan dijo...

Te va a ti eso del collage Photoshopero, eh?

Totor... tapate los ojos y disfruta!!!

David dijo...

Es deber de este servidor, el cual te acercó a la filosofía vital de "la cresta de la ola", el advertir que, a veces, no sopla el viento adecuado para "surfear" o que simplemente... pues no hay viento que rascar y hay que quedarse en tierra poniendo a punto la tabla o simplemente para contemplar y enseñar los trofeos conseguidos en las grandes pruebas del campeonato. También, en determinadas ocasiones, los fondos marinos no son lo suficientemente rocosos para la formación de esas grandes olas de tubo, que son las soñadas por todo buen surfista... Por todo esto, querido Morochín, hay que estar preparado para cuando vengan mal dadas las condiciones marítimas y también para saber reaccionar en caso de perder el equilibrio en lo alto de la cresta y sufrir un revolcón que le deje a uno aturdido. Pero esto último, es otro nivel en el que iremos profundizando más adelante, pequeño asaltamontes... Ahora, lo que toca es surfear todas las olas en las que uno se pueda meter, por pequeñas que sean...

Acabo mi comentario (y a partir de hoy será costumbre habitual) con una frase de algún famoso "surfista".

Recibe un cordial abrazo de este todavía principiante en el surfeo de olas.

"A la opinión y fama démosles su lugar debido; que no pretendan guiarnos, sino que nos sigan."
SÉNECA, Lucio Anneo

El Gato dijo...

¡Qué grandísimo que eres!, David. Ahora ya no tengo escusa para invitarte a un arroz con caracoles en Pinoso (nunca la tuve). Últimamente me estoy encontrando con muchas mujeres que recién llegadas a los 30 que no terminan de encontrar su lugar en la playa. No saben si quedarse en el chiringuito lucinedo pareo medio transparente de florecitas o mostrar sus cachas a pie de orilla... Creo que entre los dos podríamos marcarnos un manual de autoyuda para amigas desesperadas a lo Jorge Bucay y ya de paso forrarnos... Piénsalo

David dijo...

Acepto gustosamente la invitación de Pinoso, morocho. A diferencia de otras ocasiones, esta vez la mesa será para cuatro comensales, ¿o qué?. Esta mañana, en una de mis listas del youtube, ha sonado una canción que me ha recordado al momento estelar por el que estás pasando. Ahí va el link: http://es.youtube.com/watch?v=wcRnMfZyYrw

"Siempre es simpático el que triunfa"
BAROJA, Pío

David dijo...

Perdón, me equivoqué de link (aunque también te pega). Este es el bueno (un clásico discotequero de Donna Summer de los 70 interpretado por unos tíos muy simpáticos que triunfaron en los 80): http://es.youtube.com/watch?v=7b49oCmJaxc

"Gobernar significa rectificar."
CONFUCIO

El Gato dijo...

Madre mía Davizón, gatos, surferos, toreros... Y ya han pasado dos décadas... Por cierto, ese rubiales ¿no era el jula que luego se fue a otro grupo todavía más conocido cuyo nombre era The Comunards? Qué jovencito... también sale en la peli de Orlando