miércoles, 29 de octubre de 2008

Hoy me toca a mí, Juanjo

Afronto mi cita con el blog, ya lo sé, cada vez en más escasas ocasiones, desde el desánimo y la preocupación. Hoy aparentemente ha sido un buen día informativo, mañana firmo en la sección de Nacional además de haber hecho o colaborado en un par de temas más en el cuadernillo de Alicante. Vamos, un día completo, con 120 kilómetros en moto a mis espaldas por la Vega Baja, con la amenaza de la lluvia, saliendo a las 11 de la noche del trabajo y sabiendo que seguro que te vas a comer algo.
Y debe ser precisamente la lluvia porque a pesar del supuesto "exito" profesional (lo entrecomillaría al menos cinco veces pero no puedo), sin embargo tengo la sensación de que pocas cosas me han salido bien. Me asaltan las dudas y las preocupaciones, la impotencia de a veces no ser del todo comprendido cuando planteo las cuestiones desde mi perspectiva. Tengo dudas de si habré dado una vuelta de tuerca más allá de lo necesario en algún tema en concreto que me pueda acarrear problemas serios cuando parece que muchos de mis compañeros se guardan de arriesgarse... Recibo una propuesta de convenio colectivo por parte de la empresa que es un insulto a mi inteligencia y parece resumirse en: "como eres gilipollas, te propongo esta mierda a ver si cuela". Todo esto, para cada mes tener más responsabilidades sin ninguna compensación económica, gastarme más dinero en mi móvil particular, estar colgado al teléfono solucionando historias en mis días de libranza sin poder desconectar el coco del trabajo...
Ya lo sé, no es culpa de nadie, sino mía y sólo mía. Por eso me preocupo. Porque este trabajo me absorbe de la misma manera que me gusta. Nadie me obliga a ir más allá de lo mínimamente exigible para contar la verdad, nadie me obliga a mojarme en lo que escribo, nadie me dice que me gaste el saldo de mi móvil particular, nadie me impone ninguna responsabilidad insatisfecha económicamente que yo no quiera asumir...
Yo soy el único responsable de mis desatinos, pero eso no me quita el derecho a quejarme en este blog. Será la lluvia y el frío que no me sientan bien. Será que me acostumbrado demasiado a los horribles crick-cricks de las putas chicharras alicantinas despues de 9 años en esta tierra y me estoy volviendo tan majara como ellas. Tanto que ya no puedo aguantar el crudo invierno, que por otro lado, en estas latitudes se minimiza hasta un inestable pero suave clima mediterráneo. Será eso.

2 comentarios:

Feroz dijo...

Dice un amigo mio:
"haz lo menos que puedas, y lo que debas hacer, deja que lo hagan otros"

Pero si en lo que haces (añado yo) pones de verdad el corazón, parece que el coste es menor ¿no?

Lo malo es esa puta delgada línea entre tener un corazón amplio y que el enemigo no lo sepa.

Pregúntate ¿merece la pena? ¿te quieren los que quieres?

Si quieres lealtad, cómprate un perro, la gente trabaja por dinero, amigo mío.

Peter Parker dijo...

Triunfo y éxito con mayúsculas. No lo dudes.