lunes, 26 de octubre de 2009

La cruda realidad


Simplona, poco realista, pero una ocasión única para echarte unas risas. Me la pasó Pablito (lo mismo que 27 vestidos o El diablo viste de Prada) el viernes y ayer, noche de resacón, era un momento "pintiparado" para ponérmela en el portatil con el que comparto cama y dulces sueños.
La cruda realidad es una comedia romántica de la bellísima Katherine Heigl (estoy por convertirla en mi musa) y el cachotas de 300, Gerard Butler (un escocés que creo que no tiene nada que ver con el escritor del siglo XIX, Samuel Butler, autor de un libro divertidísimo: Erehwon, que procede de la palabra anglosajona equivalente a Utopía, de raíz griega)... Ahora os preguntaréis cómo un tipo como yo, al que le gusta darle vueltas a cosas tan sesudas como las utopías, se puede partir el ojal con películas tan simples. Seguramente, por lo simple de las cosas que se tratan en películas como ésta: el amor, el ligoteo, las bragas vibradoras... No llega a la altura de La cosa más dulce, pero pasas un buen rato. Por su puesto, no merece la pena gastarse 6 euros en la cine... Si alguien quiere el screener....

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No hace falta cuestionarse esa pregunta. En la sencillez está la vida. Qué sería de nosotros si no tuviesemos la capacidad de disfrutar de esas pequeñas cosas que nos rodean día a día.¿Utopía? ¡¡Uhh, madre mía!! prefiero las bragas vibratorías, y no lo digo porque sea mujer. Pero sí digo que donde esté una buena sensación que te haga estar viva que se quiten todas las reflexiones del mundo.
Sobre todo porque cuando llenamos nuestra cabeza con los absurdos espacios de la idea (como diría el amigo manso) acabamos llegando a conclusiones que nos hacen cagarnos en esta adorada especie a la que pertenecemos.
Perdona mis desvaríos que afean tu entrada pero llevo despierta desde las tres y lo único que me gustaría sentir ahora mismo es sueño. Y lo único en lo que me gustaría pensar es nada.
Asómate a la ventana y mira la Luna, dejate llevar por ella y siente la vida. Yo redescubrí la Luna este verano, ahora me asomo y ya no la veo.
Uff, cuantos sentimientos. Me replanteo ser librepensadora. Me han dicho que duele menos.
Un saludo desde donde no se ve el mar.

El Gato dijo...

Anónima, las utopías terminan siendo infiernos, como lo son las bragas vibradoras en momentos inadecuados... pero responden al deseo humano de alcanzar la perfección, la estabilidad, la edad de oro perdida, la belleza... y como horizonte, como objetivo, cumplen su función, el sueño al que no podemos renunciar sin caer en el derrotismo...

El Gato dijo...

Por cierto, aquí sí se ve el mar y cada día del tiene un color diferente... lo sé porque le saludo todas las mañanas; al igual que hago con la luna todas las noches...

Anónimo dijo...

Bueno, yo creo que más bien las utopías responden a la necesidad de autoconvencernos de que seríamos capaces de alcanzar algo mejor, de que no somos la mierda que vemos a diarío. Sí, cumple su función. De la misma forma se justifican las creencias. La gente necesita creer que hay algo más para no pegarse un tiro cada mañana. Como dijo Marx, la religión es el opio del pueblo. Los que no nos morimos de hambre pensamos en utopías.
Bueno, yo es que no me planteo nada, hoy por hoy no necesito aferrarme a nada. Se que todo esto es una mierda y vivo con ello. La vida es más fácil que todo esto. Solo hay que vivir.

El Gato dijo...

Existen muchas cosas por las que levantarse cada día, no crees?

Anónimo dijo...

Por fín llegas donde yo quería. La vida está llena de pequeñas cosas sencillas y geniales como el olor del café recién hecho, los rayos del sol calentando tu cara, que el mar te salude al levantarte, despedirte de la luna al acostarte, que te regalen un beso cuando ya pensabas que jamás volverias a sentir el sabor de sus labios... y un sin fín.

Y por supuesto las personas que sin conocerte te hacen un poco de caso a tus desvaríos.

Gracias por estar ahí.

Anónimo dijo...

Ahhhhhh!!! he visto la peli.