miércoles, 23 de enero de 2013

Cuidado con lo que deseas

Cuidado con lo que deseas porque se puede convertir en realidad. El ERE que ha afectado a la mayoría de mis ex compañeros de La Verdad y las Provincias sigue rondándome por la cabeza. Hubo un tiempo en el que mi mayor deseo era que me contratasen en aquel periódico. Estaba obsesionado. Necesitaba que se reconociera mi trabajo, 11 horas diarias, a través de un papel, un buen sueldo con sus correspondientes extras… Hoy no conservaría ni ese trabajo, ni ese contrato, ni estas extras.


En aquel tiempo lo tenía todo. Locamente enamorado de la que creía "la mujer de mi vida", con una espléndida casa nueva, con una familia siempre atenta a mis necesidades aportándome todo el cariño del mundo, con unos amigos que todavía quemaban las noches en Madrid o en Alicante y con trabajo, aunque éste no estuviese reconocido en un contrato. Seguramente no era así. Seguramente no era tan feliz entonces. Pero lo cierto es que con los años gané un contrato en EL MUNDO y perdí muchas de aquellas cosas que creía seguras. Ni la "mujer de vida" era tal, y terminó engañándome y huyendo; ni conservo el cariño de mi padre que va hacer tres años que nos dejó; y mi espléndida casa se ha convertido en una losa que me ahoga en estos duros tiempos de crisis, al tiempo que la mayoría de mis amigos se han centrado en "otros caminos" vitales que cada día se alejan más de los que recorro yo.

Todo ello, excepto de la ausencia de mi padre, lo acepto con un talante de celebración. A enemigo que huye puente de plata. He aprendido que no quiero estar con nadie que no quiera estar conmigo. La casa, ya se irá pagando y por lo menos ahora tengo un techo que es sólo mío y que siento como un auténtico hogar. Y lo de los amigos, ley de vida: unos se van, otros vuelven e incluso tengo la oportunidad de conocer gente nueva igual de interesante. Estoy aprendiendo a aceptar ciertas pérdidas, sobre todo cuando dependen de decisiones que he tomado en momentos determinados a la vista de las diferentes posibilidades que se me planteaban; lo mismo que aquellas que no dependen de mí.

Pero volviendo al asunto, ten cuidado con lo que deseas. Por suerte la vida me brida oportunidades de forjar nuevos sueños y deseos a corto, medio y largo plazo. Y yo, de natural soñador, me aferro a ellos en el terreno afectivo, en el ámbito profesional y académico, y para mi ocio. El día que deje de soñar o que deje de desear es que estaré muerto. Lo mejor de la vida es la oportunidad de empezar nuevos proyectos o de redirigir los ya iniciados. Aun así, no me quito de la cabeza que lo que mejor de mi vida se ha debido precisamente al azar: no elegí mi familia, me vino dada; no elegí mi trabajo, porque terminé como periodista por un cúmulo de casualidades; y mi amistad con mis mejores amigos se debe a la suerte de haberme cruzado con ellos en Monte, en San Juan, en mis sucesivos trabajos… Ninguna de estas cosas las desee. Las alcancé por ser como soy, supongo. Así que cualquier cosa buena e inesperada que me suceda de ahora en adelante, se deberá al mismo factor, un demiurgo universal tejedor de casualidades. No es mal modo de verlo, más allá de que siga soñando o deseando tal o cual trabajo, a tal o cual mujer, tal o cual reconocimiento de los demás. Pero seguiré soñando y deseando mientras siga viviendo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por seguir soñando y gracias por aportar ilusiones a los demás viendo las tuyas.

Sobre las losas, lo mejor es tomar perspectiva y ver los aspectos positivos: es tuyo, son amigos con los que te reencontrarás cuando se encuentren; y papá está ahí, contigo ( eres el que más se parece a él).

Los sueños y sus consecuencias simplemente reflejan la madurez, tenemos alternativas y decidimos y esas alternativas generan consecuencias y algunas no siquiera las podemos valorar pues quedan muy lejos en el tiempo y dependen de otros factores o siemplemente las desconocemos. Pero eso es el libre albedrio, el tomar cada día decisiones y adaptarnos a las consecuencias con nuevas decisiones.

Anónimo dijo...

Se me olvidaba.

No infravalores tus deseos, alguno ya es un logro y a mí me va a joder mucho tener que tratarte de usted, Sr. Doctor

Feroz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Feroz dijo...

La vida es un carrusel. Unas veces estás arriba, y otras abajo. La gracia está en estar abajo sabiendo que no es más que tomar impulso para volver a subir, y cuando estás arriba, no olvidarte que puedes volver a caer con la misma facilidad que la noria te lleva arriba.
Aquí estamos diez minutos “contaos”, gato. Luego volvemos donde estábamos antes de que madre nos pariera. Si la lluvia es regalo para el que tiene techo, o desgracia y castigo del cielo para el desamparado, da igual porque cada perro se ha de lamer su propio pijo.
Cuando estés arriba, gatete, sácate otra birra del federico y ten huevos para disfrutarlo el tiempo que dure. Del carrusel no te vas a caer en la puta vida hasta que palmes, en Toledo tienes otro techo para empezar de cero si todo se va al carajo.
Los sueños hay que tratarlos como son, sueños. Yo es que despierto veo mejor. Y ya me falta casi un ojo porque la parca decidió darme otra oportunidad cobrando sin acordar el precio. Imagínate que llega el día que los cumples todos. ¿qué vas a hacer? ¿morirte? No, ¡ponerte otros!

http://www.youtube.com/watch?v=xi2GmwzTTsw"

Feroz dijo...

esto viene a cuento

El Gato dijo...

¡claro que s!, Casi-Jedi, siempre intento ver los aspectos positivos, de eso va este post...
Muy bueno el vídeo, Feroz, va que ni al pelo... el del pijo