Hoy, chateando con Pablo por facebook me he llevado la alegre sorpresa de que sigue este blog. ¿Hace cuánto no nos vemos? Tal vez 15 años, pero cuando me ha dicho que se rió "las muelas" leyendo los dos primeros capítulos de la serie "La pandilla de Monte" de febrero y marzo de 2011, me he dedicido a continuarla. Espero que los aludidos podáis enriquecer mis recuerdos con comentarios. Si alguien se siente ofendido o cree que debo dejarlo, que me lo diga, pero parece que son más voces a favor que las que están en contra. Prosigo con la descripción de los personajes y luego vendrán las batallitas... Un abrazo a todos.
Pienso en cómo empezar el perfil de Davizón (hoy Deivid, Morochín...) y me descubro tarareando la canción de los Secretos: "El resto de la banda se perdió / El maldito reloj los engulló / hacen quinielas, hijos, van al bar / Tu oficio no es peor que los demás...". ¿Por qué será?
Davizón era y sigue siendo la salsa de la pandilla, o lo que queda de ella, alguna que otra cena anual. Si no estaba, faltaba algo: la alegría, el descojone, el carpe diem, la frase que nos acompañaba de muletilla durante meses al resto, como aquel famoso: "desfase by the way" que utilizábamos para terminar cualquier frase. En eso no ha cambiado. Te dice: "respeto, gordo", y tú sin darte cuenta lo utilizas con quien menos debes en el momento más inoportuno como si fuera un lenguaje universal aunque sólo sea una expresión con significado para dos personas.

Yo no llegué a conocerle en los comienzos de la pandilla. Como he comentado en las anteriores entradas llegué cuando todos ya se conocían.
ĐกæßØ siempre cuenta como de niño le agobiaban con responsabilidades como el cuaderno de vacaciones sanillana mientras él y Raúl podían vagabundear a sus anchas durante todo el día. Con el tiempo, a mí me da que aquel sentido de la responsabilidad que le inculcaron sus padres no le ha venido tan mal, por muchos disgustos que le costase entonces. Ha forjado su carácter de emprendedor, una faceta que se esfuerza por demostrar a menudo como si los demás pensásemos que sólo es bueno para salir de fiesta. No lo pensamos, sus logros están ahí.
Mi amistad con Davizón se forjó un verano, a la vuelta de una estancia de un mes en EEUU, cuando (creo recordar) que Raúl estaba de vacaciones. Ellos eran y son uña y carne, y durante algún tiempo formaron su propia minipandilla. Fue el verano en el que a mí me compraron el vespino Slx, y a Raúl y a él las puch Cóndor 3. A Raúl la roja réplica de la "dominator" y a Davizón la negra y amarilla que parecía una avispa. Debíamos de tener 15 o 16 años. Nos prestó un montón de gorras de baseball y ahí íbamos a los bares, los más chulos del lugar. Desde que nos tomamos la primera litrona juntos en las fiestas de Ribatejada esto ha sido un no parar, ya va para 23 o 24 años, y sigue siendo la persona del mundo con la que mejor me lo paso saliendo de copas.
De hecho, mis grandes mosqueos con Davizón venían de que ni Raúl ni yo entendíamos que a veces se lo pudiese pasar mejor con su otra pandilla, la del colegio, los de las botas rojas "cantosas", que con nosotros. Celos de adolescentes. Una vez incluso me vengué de él acusándole de "traidor" en un cómic porque no había ido a una fiesta en Cobre (en la Plaza de los Cubos) en la que habíamos quedado todos. Todavía me sonrojo cuando me lo recuerda.
Iba con él cuando me enrollé con la primera chica, en Caché; estaba con él en aquella fiesta mítica en el chalé de ĐกæßØ (en la que Albertón o el Meigo desparramaron el vino de la barrica del abuelo sobre el terrazo, lo que dejó una mancha perpetua) cuando sentados en la ventana me dijo: "daría un año de mi vida porque este momento lo recordásemos siempre"... y lo sigo recordando; fue por su culpa que me arreó la primera de muchas ostias el Oso en el pilón del Casar tras su mítica frase de "Margarita tiene el chichi pelón"; fue gracias a él (y a Edu) que descubrí grupos como La Polla Récord, Kortatu, Skorbuto...; presencié como se lió con "la Chotada", que le dejaba marcas en el cuello para que no se liase con otras y luego pegaba patadas al coche de su ex para meter a Davizón en broncas; estaba con él cuando se lió con Marga sin saber que había sido la novieta de José; le vi como el más sensato en aquella funesta acampada en la que la pandilla casi se va a tomar por el culo por el uso de una simple linterna; le he observado repartiendo leches a dos chulitos de mi clase en una fiesta de fin de curso pero también, como años después una loca le metió "una galleta" sin ton ni son en el puerto de Dénia; me morí de la risa cuando en un seven-eleven espetó aquello de "me comía un gitano cagando con guarnición" delante de dos gitanillas que se le echaron encima con un: "pues a lo mejor tenemos más dinero que tú" y ni corto ni perezoso respondió: "no era peyorativo, he dicho que con guarnición"...son tantas y tantas historias las que irán saliendo y las que no se pueden contar. Pero todo a su tiempo.

Atrás quedaron los tiempos del seat Fura heredado de su madre y para lo último hay que remontarse a 1999: la boda de Pedro y Viru. Omito los descojones del final de la despedida de soltero para no herir susceptibilidades. Ya en la celebración, después de liarla gritando "¡que salude el del tigre!" (en referencia a un tío de la novia que habíamos conocido en el váter) y de haber hecho miles de chistes sobre largartas y dragones de komodo con el vestido de 'la Vane', Davizón terminó liándose con una amiga de Viru, Sara (según dijo entonces, se había llevado la "barbie peluquera").
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Imagen cedida por Feroz (ver comentarios) |
Yo, que ya estaba saliendo con Sonia, al poco me vine a vivir a Alicante. Durante 5 años apenas nos vimos porque cuando yo quedaba con la pandilla mi "princesa" enfermaba (literal). Un día, sin embargo, David me llamó hecho polvo para contarme que había roto con Sara. Hablé con él cerca de una hora sobre los detalles. A los pocos meses fue mi turno. Ese mismo verano montamos unas míticas vacaciones de 4 días en Ibiza y otros 4 en Alicante. Yo tardaría en recuperarme más tiempo, pero nunca olvidaré el apoyo que Gus y él me brindaron por aquel entonces.
Desde entonces, hay unos días, lo mejor de cada año, en los que nos montamos una escapadita o algún que otro día de juerga por Madrid, Alicante, Tarragona, Barcelona..., con quien se nos quiera unir: Noe, Mato, Marina, Gus, sus amigos... "En la cresta de la ola", mientras que el resto de la pandilla ha sido engullida por el reloj..., nosotros riéndonos del mundo bajo el tamiz de las mallas de mejillones. Os presento a Davizón como me presenta él a mí: "Aquí mi amigo Marcelo, pelucón, y aquí yo, Cristiano, tabletilla".