miércoles, 22 de mayo de 2013

Objetivos a largo plazo y a corto

Anoche cuando volvía a casa en mi carrera nocturna vi como empezaban a montar el chiringuito del Tobago en la playa de San Juan. Quince días antes de lo previsto. ¡Qué buen rollo! El verano ya está aquí y promete tardes largas en la playa, fiestas nocturnas, paellitas y sangrías, días enteros que compartir con la familia y los amigos, barbacoas pantagruélicas, festivales de música… Junio, a punto de empezar, es el mes de las promesas, el mes de mi cumpleaños, mi mes favorito.

Soy de natural optimista y raras son las veces en las que muestro mi cara más taciturna a los demás. Este año ya la he mostrado demasiado tiempo con los últimos despidos en el periódico. Se lo comentaba el otro día a una compañera que dice que todo le sale mal. Mi estrategia es no poner mis esperanzas en objetivos a corto plazo. Así, si fracasas, siempre puedes pensar que se trata de un valle en la larga carrera de fondo de tu vida. El objetivo es que haya más picos que valles. Las metas, cuanto más alejadas en el tiempo son más plausibles. Y entre tanto, a olvidarte de lo malo y centrarte en la esperanza de los bienes futuros. Se corre el riesgo de no llegar nunca a los objetivos concretos pero por lo menos te olvidas de las penas diarias ante el deslumbrante brillo de los éxitos que conseguirás con el tiempo.

Por otro lado, soy de los que terminan las cosas. No me gusta dejar nada a medias. Es cierto que a veces me embarco en demasiados proyectos al mismo tiempo pero sé que algún día los terminaré y me quedaré satisfecho con el resultado. Me he pasado más de 15 años con la tesis doctoral, hace 4 años que tengo un casco a medio pintar en el horno, llevo 7 años queriendo construirme un jardín zen en casa… Poquito a poquito, año tras año, proyecto tras proyecto, las cosas van tomando forma. Seguramente el resultado final no tenga nada que ver con el proyecto que ideé en un principio, pero sé que algún día lo terminaré y me sentiré orgulloso de las horas que me he dejado en cada empeño… y la vida siguió… y entre tanto yo intento dar sentido a la mía.

¡Feliz verano a todos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y alcanzas tus objetivos, sin decirlo, sin empeñar todas las fuerzas en uno sólo, pero los vas alcanzando.