jueves, 27 de agosto de 2009

Odio el tedio

Odio los días de transición. Odio los tiempos en los que no sucede nada, en los que pasan los días sin sentido, sin utilidad (más allá sumar jornadas laborales para completar un mes y cobrar un dinero siempre insuficiente), las temporadas sin expectativas ni ilusiones nuevas. Estoy en esos días, que se le va a hacer. Sólo espero que llegue la noche para tener un poco de tiempo para mí que malgasto viendo pelis malas (las seis de Rocky, sin ir más lejos), en salir a correr en un estado de forma lamentable... o en dormir, la actividad más estúpida de nuestras vidas que a veces incluso está aderezada de sueños incomprensibles o pesadillas desagradables. Odio, odio, odio, odio, odio, odio, odio, odio el tedio. Pero me toca vivir con él como compañero de viaje al menos durante dos semanas.
Septiembre es el mes de tedio pero mucho más aun los últimos días de agosto en los que cada uno está pensando en lo suyo, en qué hacer con su vida, en qué colección por fascículos empezar, a qué gimnasio apuntarse, qué curso de idiomas comenzar... total, para nada, porque en octubre la rutina diaria nos habrá llegado de nuevo destrozando todas esas buenas intenciones... ¿Lo he dicho antes? Sí, odio el tedio y odio los últimos días de agosto. Yo soy así.

1 comentario:

David dijo...

Te está dando el "Síndrome Post" en toda la cocorota, morocho.
Hoy es mi primer día de curro...ojalá fuera tedioso... Me dan ganas de volver a Tarifa (no veas si mola, Morochino)y quedarme a vivir allí limpiandoles las cometas a los surferos o preparándoles la merienda...cualquier cosa menos estar aquí delante del Excel y el Outlook. Lo que me jode, visto lo visto, es que encima debemos sentirnos afortunados de tener un trabajo. Está la cosita como para quejarse del curro... A ver si me toca una euromillonaria de esas y me parto el culo del mundo... o me muero la primera noche, que nunca se sabe.